multitud

obra escénica

Multitud es un proyecto escénico que analiza la forma social del hombre contemporáneo, la noción de heterogeneidad en el colectivo, la Otredad, el espacio público, las relaciones interpersonales y la posibilidad del disenso.

Explora sobre las potencias de los cuerpos en cuanto a su capacidad de afectar y ser afectados por el otro y lo que puede suceder en el “entre” de esos cuerpos. 

Aborda performativamente preguntas sobre el cuerpo individual y el colectivo donde las situaciones y relaciones no están resueltas. Lo qué se hace es decidido de modo simultáneo a su propia ejecución, problematizando mediante su práctica, las relaciones entre lo privado y lo público, entre arte y sociedad, entre el yo y el otro. De este modo, el principio de composición es reemplazado por el de organización colectiva. 

 “La convivencia, la hospitalidad, la negociación, la escucha, las jerarquías, el poder, son algunos de los terrenos de exploración de la multitud.” 

El proyecto trasciende a “la obra” y se presenta como un experimento socioestético. Habitar el escenario es una decisión política y colectiva, que demanda una responsabilidad en acción.

DESCRIPCION: Multitud es una pieza que se realiza con performers locales. Durante una semana de taller-montaje, Tamara Cubas trabaja con un mínimo de 60 voluntarios para experimentar los lineamientos básicos del trabajo y trasladar la partitura de la pieza. El llamado se realiza abiertamente a performers, estudiantes o cualquier persona interesada en el proceso. El festival en conjunto con la compañía pueden seleccionar el perfil de estos voluntarios a convocar, así como también los espacios públicos donde se presenta, pudiendo poner en juego intereses sociales, políticos, etc., locales. La pieza se resignifica en cada ciudad donde se presenta como consecuencia de esas desiciones y del entorno social y cultural. Durante las funciones los performers son incitados a tomar sus propias decisiones de acción en relación a la partitura planteada pudiendo accionar autónomamente cada dia.


FICHA TECNICA: El proyecto Multitud tuvo su primera etapa de investigación en la ciudad de México gracias a un fondo de Iberescena 2011. Tamara Cubas junto con la crítica y gestora Hayde Lachino llevaron esta instancia adelante primero con un elenco del CEPRODAC y luego con un elenco especialmente convocado para la pieza. En esa instancia la obra fue realizada con 18 performers en una sala teatral, quienes decidían en escena el orden de la pieza por medio de negociaciones en tiempo presente. 

En el 2013 Tamara retoma las investigaciones del proyecto en Montevideo poniendo en juego otros elementos como la escala, más de 60 personas, voluntarios, heterogéneos y su presentación en espacios públicos. La partitura dramatúrgica se establece pero el elenco está siempre abierto incluso hasta el dia de la presentación.


Dirección: Tamara Cubas / Iluminación: Leticia Skrycky / Música: Francisco Lapetina


Presentaciones: 

26 de Octubre 2013. Plaza de Deportes n 5. Montevideo / 


8 de noviembre-18 de Julio 2013. Montevideo / 

16 de noviembre 2013- Plaza Seregni, Montevideo / 

22 de noviembre 2013. Plaza Monterroso, Montevideo / 

23 de noviembre 2013. Playa Malvín, Montevideo / 

30 de Noviembre 2013.- Complejo América, Montevideo / 

1ro de diciembre. 2013. Pista de Patinaje, Parque Rodó, Montevideo / 

13 de diciembre 2013. EAC. Montevideo /

 8 de Abril 2014. Piedras y Juan Carlos Gómez. / Casamario. Montevideo / 

29 de Abril 2014. Teatro Solis. Montevideo / 

5 de Mayo. 2014. Fidcu. Festival internacional de Danza de Montevideo. / 

Enero 2015. Festival Santiago a Mil. Chile / 

Mayo 2015. Bienal de La Habana. Cuba / 

16, 17 de Setiembre 2015. Bienal de Danza del Sesc, SP. Brasil / 

26 de Setiembre 2015. Anfiteatro Romano. Lucera, Puglia, Italia / 

26 de Octubre 2105. Plaza San Francisco. Festival Mes de Danza, Sevilla, España / 

5 de Noviembre 2015. Plaza Palazzo, Cagliari, Cerdeña, Italia / 

28 y 29 de noviembre del 2015. Festival Salmon. Barcelona, España / 

1-2 Julio 2016. Julidance, Amsterdam / 

13-24 de julio 2016 ZommerFestival, Amberes, Belgica / 

13 Octubre 2016, Goiania em Cena. Goiania. Brasil / 

30 octubre 2016. Guadalajara. México / 

14 de Julio 2018 Santancángelo, Italia / 

17 y 18 de Agosto 2019, Festival Escénica, Ciudad de México / 

14 de noviembre Next Festival, Kortrijk, Bélgica / 

28 y 29 de noviembre 2019 Vooruit, Gent, Bélgica / 

Mayo 2022 Greifswald / 

27 May Stralsund / 

28 May Schwerin, Alemania / 

Junio 2022. Festival Rising Melbourne.

Set 2023. Bienal de Danza de Lyon.

Miselanea

textos e imagenes

Selección de textos / Notas, Críticas y diarios escritos por participantes

MULTITUD DE TaMARA CUBAS

Guadalajara, Jalisco 30 de octubre de 2016 

La experiencia de vivir Multitud de Támara Cubas en el Centro del DIF de la colonia El Fresno en Guadalajara, es única, en el sentido teatral, donde cada puesta en escena es una experiencia que tiene su propia unidad irrepetible por más que queramos videarla a través de los distintos dispositivos de filmación y la reproduzcamos, ver la reproducción de la experiencia es otra cosa, a vivir la experiencia en el momento. 

Del público salen personas, personas que se dispersan en el escenario, personas que toman un lugar, personas (jóvenes todos) que irán transformándose o construyen un solo personaje como multitud. De la expresión de estar atrofiado, de ser un robot, de estar dormido, enajenado al transitar a movimientos que cobran mayor fuerza y agilidad a lo largo de la obra. De la mirada perdida a la búsqueda de la mirada que deja de estar o que no se desprende, o corresponde, la no mirada, la mirada retadora, el cuerpo, el otro cuerpo, el cuerpo de zombi camina entre la multitud. Movimientos en serie y luego de-sincronizados, se caen, se levantan, te reciben y no te reciben, ignoran y no ignoran… y luego los cuerpos corren en una sola dirección y con gran velocidad, velocidad que llama la brisa de cuando el sol toma su último aliento del día, coincidencia o la energía de multitud de esos cuerpos corriendo llamó a la brisa, cuerpos que se unen en un grito, grito de “liberación”, grito eufórico o de desesperación. Cuerpos que se lanzan como catapultas, cuerpos de cuatro patas, cuerpos que se mueven en esa atmósfera donde las campanas de la misa de 7 se escuchan y parecen estar en sintonía con esa multitud, como si fuera un llamado a despojarse de todo, de la ropa, de despojar al otro cuerpo de su ropa, de ponerse ropa, quitarse ropa, la ropa sale volando, desnudarse, despojarse para ir a ese gran camino de unidad larvaria desde donde cada uno, culo con culo, –decía un chico que participó de la experiencia– vuelve a salir como persona y presentarse despelucado. 

 Por: Adriana Estrada Álvarez

Amsterdam

MULTITUD – DAGBOEK VAN EEN PERFORMER 

Diario por Ferry Wieringa

Eén van de hoogtepunten van Julidans 2016 is de voorstelling MULTITUD op vrijdag 1 en zaterdag 2 juli in het Amsterdamse Erasmuspark. Zestig tot tachtig lokale performers (amateurs en professionals) brengen een meeslepend, fysiek spektakel onder leiding van choreografe Tamara Cubas uit Uruguay.

Bij de repetities overlegt Cubas met de performers waar elke scène op zal uitdraaien, maar de deelnemers moeten elke opvoering zelf uitvinden hoe ze daar komen. Zo ontstaat elke avond een dynamische groepschoreografie, die wordt gestuurd door de keuzes die elke performer ter plekke maakt.Wij vroegen één van de performers om een dagboek bij te houden van dit bijzondere, intensieve proces.

"Zeg Ferry, is dat niks voor jou: performen? Deze simpele maar ook verrassende vraag zette mij aan het denken. Wat zeg ik, gooide mijn wereld overhoop. Schuilt er in mij Ferry Wieringa, man, 41 jaar, schrijver niet al jaren een performer? MULTITUD, here I come."

Dag 0: De aanloop.

"Het was geen lichtzinnige ja. Ik hield een slag om de arm. Goed, ik wil dit jaar vaker ja zeggen, maar niet op alles. Ook wil ik meer samenwerken, meer mensen zien, meer geven en meer ontvangen. Ik besloot dus met: ‘Anita, stuur me de oproep en ik beslis later.’ Een paar dagen later las ik dat MULTITUD de ontmoeting met de ander wil verkennen, de relatie tussen privé en publiek. Ik beken, het prikkelde. Op straat voel ik voortdurend van alles bij mensen maar vaak laat ik het pas tot uitdrukking komen als ik me veilig voel of aan mijn schrijftafel zit. De gedachte aan performen deed mijn buik borrelen, en niet omdat ik trek had. Diep in mij vermoed ik een groot spelend kind. Maar verstandig als ik ben zou ik er nog eerst een nachtje over slapen. Het zijn immers woorden waar ik ja op zou zeggen. Mooie woorden maar… woorden. Ze praten niet, zoeken geen ruzie, zien mij niet staan, negeren me evenmin. Ze ruiken niet, zweten niet, hebben geen handleiding, spreken niet, oordelen niet. Zeg ik ja dan heb ik straks niet met woorden te maken maar met: echte mensen! Onbekenden bovendien. En dan ook nog vermoedelijk veel performers, artiesten, dansers. Vast allemaal van die types die de benen in de nek leggen, op hun handen komen aangefietst of ondersteboven de gymzaal betreden. Of van die meiden die zo ‘at ease’ met hun lichaam zijn dat ze zich voor je neus gaan staan omkleden. Alsof naaktheid de normaalste zaak van de wereld is! En als ik ja zeg, wat trek ik dan aan? Hoe kleedt een performer zich? Moet ik een doek om mijn hoofd binden of beenwarmers dragen. Moet ik naakt? En als ik die repetities al doorsta, aan het einde van de rit wachten ons twee voorstellingen. Met publiek. (Schooluitvoering op de basisschool. Een toneelstuk naar een Frans boeks over een schoolklas. De schoolfotograaf komt op bezoek. Ik ben de fotograaf. Het is een kleine rol maar ik weet deze uit te bouwen tot een grote. Tot grote hilariteit van het publiek wil mijn houtje-touwtje nagebouwde antieke camera maar niet overeind blijven staan. Het stuk is grappig maar ik maak er een slapstick van. Ik heb het naar mijn zin. Het publiek ook. De juf was achteraf behoorlijk pissig). Ik besluit het te doen. Het lijkt me fantastisch. Als het leven een spel is waarom dan niet ook voor de knikkers gaan. Dus gooi ik mezelf in het diepe. Lekker bezig zijn, onderzoeken, niet teveel denken. Lekker doen. MULTITUD, here I come."

Dag 1: Ik voel me betrapt.

"De repetities vinden plaats in een sporthal in West. Ik ben de eerste. Is dat mijn opvoeding of geeft het mij de voorsprong zodat ik rustig de groep kan zien binnendruppelen? Ik zit op een barkruk in de kantine in de klassieke zin des woord: een verstofte prijzenkast, geurvan oud frituurvet, donker meubilair.

Er melden zich veel jonge mensen: vrouwen veelal, twintigers. Een paar dames en toch ook vier (jonge)mannen. We gaan naar beneden en in de immense zaal stelt Tamara zich voor. Ze is een vrouw die niet onder stoelen of banken steekt dat zij in de ruimte is. Niet dat ze veel of hard praat maar toch kun je niet om haar heen. Haar Engels is belabberd waardoor een Spaanse (?) danser voor haar tolkt. We zitten in een kring van de gigantische zaal en Tamara vertelt over MULTITUD.

Zoals ik het begrijp, staat MULTITUD voor een visie op hoe je met inzet van ieders eigen kwaliteiten een groep kan vormen. Geen massa en geen leider, evenmin losgeslagen eenlingen. Iets daartussen. Het is dit idee van Spinoza (houd me ten goede) dat wij in onze eigen groep en bij onszelf gaan onderzoeken en in een voorstelling zijn eindbestemming vind. Of we daarin ook zullen spreken, vraag ik. Tamara haar gezicht betrekt: ‘No! We use our body to talk.’

Al snel gaan we over tot oefeningen die zij steevast aankondigt met: ‘Okay, let’s work.’ Kort daarop loop ik met mijn ogen dicht door een groep van 30. Er wordt gegiecheld en er wordt gebotst. Ik merk dat ik ook met gesloten ogen veel informatie binnenkrijg over waar ik ben en wat er om me heen gebeurt. Uiteraard bots ik tegen iemand op. Ik houd mijn ogen angstvallig gesloten. Niet omdat het moet maar een beetje uit schaamte want ik greep de ander vast, bang dat die zou vallen. Stond ik daar ineens met een lichaam in mijn handen. Of greep ik me vast omdat ik zelf bang was te vallen? Of beide? In een pauze vertelt Tamara dat je een botsing ook kunt beschouwen als een ontmoeting. Het voordeel: je ondergaat het ontspannen en het is geen ‘ongeluk’.

cryptisch vraagt: ‘Now I want you to move in one line. Start when you feel that the group is ready.’ Het voelt als iets belangrijks. Zonder ‘duidelijk’ teken worden we geacht samen in beweging te komen. Als er na een paar minuten beweging in de lijn komt, blijf ik stokstijf staan. ‘What happened?’ vraagt Tamara. ‘I’m afraid I didn’t feel it,’ zeg ik en leg daarbij vertwijfeld mijn handen op mijn hoofd. Tamara en haar vertaler beginnen te lachen. De laatste wijst naar zijn hoofd en vraagt: ‘You feel there?’ Een lach trekt collectief en als op commando door de hele groep. Die voel ik wel. Ik voel me betrapt."

Dag 2: Het is alsof we samen aan het verdwalen zijn.

"Soms is er een man in de korfbalhal waar we repeteren aanwezig in wie ik de voorzitter van de club vermoed. Hij zit vaak in een achterafkamertje achter een beeldscherm – te patiencen, creatief te boekhouden? Gister stond hij vanaf het balkon naar ons te kijken. Hij stond breed, had de handen in de zij, zijn lange parka hing opengeslagen langs zijn forse lijf. Hij wipte op de neuzen van zijn orthopedische schoenen op en neer. Waar normaal wordt gekorfbald, zag hij nu mensen die zich als zelfmoordenaars van een gebouw ter aarde lieten vallen. Je kunt in korfbal ook een performance zien. Maar op de bank zit een trainer die wil winnen, geen choreograaf met een verhaal. Die ballen moeten dat mandje van de tegenstander in! Maar er zijn overeenkomsten: het lichaam is het instrument en er is de gedachte achter het spel, het ‘Hoe’. Hoe val je aan, beweeg je, reageer je, houd je overzicht, gebruik je je lichaam? Zou 'de voorzitter´ dat ook zo zien? Komen er vragen in hem op over het lichaam, onze rol in de samenleving, over het mens-zijn? Willen de korfballers niet net als ik maar een ding: ten volle van het spel genieten en ach, dat resultaat… En daarbij moeten we leren omgaan met de grootste tegenstander: wijzelf en onze gedachten als ‘je doet het niet goed’, ‘wat ben je aan het doen?’, ‘wie denk je dat je bent?’

We moeten een partner zoeken. Er lopen dertig mensen rond maar wie kies ik? Wie kiest mij? Hoe gaat dat? Tamara geeft geen beperking als ‘iemand van je eigen geslacht’ of ‘van gelijke lengte’. Ik vorm een koppel met ‘de Japanse’ (een tengere, zwijgzame vrouw die beweegt alsof ze door een vaardige poppenspeler door de ruimte wordt geleid). De achterste sluit de ogen en legt de hand op de schouder van de ander. De eerste minuut beweeg ik door de zaal alsof ik een privéchauffeur ben. De rit moet veilig zijn, prettig. Ik wil vertrouwen inboezemen. Die gedachte verdwijnt als ik me bewust word van haar hand. Ben ik niet te lang voor haar? Voelt ze een sterke schouder of denkt ze: zijn shirt mag wel eens de was in? Vooralsnog volgt ze. Dan besluit ik stil te staan. In een wereld die door draait staan wij ineens heel erg samen en heel erg stil. Ik voel haar hand en probeer de hand een arm en lichaam te laten worden. Ik loop nu achteruit. Het is alsof we samen aan het verdwalen zijn. Ik raak steeds verder van de grote weg af. Nog steeds geeft ze er niet de brui aan.

e volgende oefening is er een die heel confronterend had kunnen zijn: minutenlang kijk je je partner in de ogen. Het gaat me makkelijk af, de grootste hobbels ben ik net gepasseerd."

Dag 3: Onder de douche wil mijn lichaam met de stroom water mee het putje in.

"Ik heb weer werkelijk goed geslapen. Ik werd een keer gewekt: een enorme onweersknal. Weer bij bewustzijn probeerde ik de knal te plaatsen. Niet geografisch, nee: ik vroeg me af waar Tamara in het stuk de hemel naar beneden laat komen?

Elke dag betrekt de voorstelling meer kamers in mijn hoofd. Het verhaal waarvan we steeds maar delen krijgen aangereikt, begint zich te vormen. Toch is er nog niet concreet gesproken over Het Verhaal. Ik heb er ook niet naar gevraagd. Niemand. Wil ik voorkomen dat ik ga spelen wat een ander wil? Wil ik niet opvallen of ben ik bang daarmee de spanningsboog van niet-weten te breken?

De repetities nemen ook bezit van mijn lichaam. Nachtrust neemt bij het ochtendkrieken steeds minder vermoeidheid van mij weg. Elke dag trekt de zwaartekracht harder aan mij. Als ik opsta loop ik niet op een vloer maar over een veld van eieren naar de keuken, onder de douche wil mijn lichaam met de stroom water mee het putje in.

Mijn enkels zijn stram door het rennen, versnellen, remmen. Ik hoor hun protest maar als de groep links gaat en ik wend niet, dan beweeg ik me ineens alleen in de ruimte. Neem ik ze minder scherp dan moet ik daarna weer versnellen. Of moeten, moeten – ik doe dat, om bij de groep te blijven. Mijn polsen zijn opgezet door het herhaaldelijk opvangen van mijn ´stervende´ partner. Mijn hamstrings stram door het op handen en voeten bewegen. ‘Go quick,’ roept Tamara, ‘reorganise your body, find a new way.’ Mijn liezen zijn als de overrijpe plekken op een appel. Plekken van beursheid die groeien, die mij helemaal tot moes willen maken. Haal ik de voorstelling wel?

Toch ervaar ik het ook anders: als een logisch gevolg. Hiervoor voelde ik dit allemaal niet. Ik was een kieviet. Maar deze kieviet beweegt zich nu anders, het vogeltje zingt een ander liedje – veranderingen hebben consequenties. Iemand vroeg of ik uitkeek naar de voorstelling. Ik bekende van niet. Als we met repetities onder elkaar zijn, voel ik me vrij. Als er vreemden verschijnen (cameraploegen!) dan verandert dat. Gister had ik het heel sterk bij de scène waarin wij, in Tamara´s woorden, ‘shit’ zijn. Nadat we en masse zijn ‘doorgetrokken’ liggen we op de bodem van het bestaan. Dan ontstaat er – na een ingetogen stilte - een aanzwellende collectieve lachbui. Op de vloer wil het lachen nog wel lukken maar eenmaal opgericht, vergaat het lachen mij snel. De anderen lachen alsof zij wel inzien dat het leven een grote grap is. Mij kwelt het dat ik zie en hoor dat zij het wel door hebben, maar dat ik me aan de andere kant van een glazen wand bevind."

Dag 4: De groep en de voorstelling zijn in gevaar.

"Tamara heeft iets op haar hart. Het is 21 uur 50. Haar grote donkere ogen gaan de kring rond. Ze zwijgt. 25 uitgeputte, bezwete spelers kijken haar aan. ‘You worked very good. Thank you.’ Haar mondhoeken hangen echter en ze zucht. ‘I want to talk to you about what MULTITUD really is.’ Tamara is geen grote prater. Wie informeert naar het verhaal van de voorstelling, wordt met grote ogen aangekeken, daarna laat ze haar onderlip hangen en gooit ze haar handen in de lucht: ´I don´t know, you tell me.´

Haar werkwijze is ongedwongen - scènes komen heel organisch tot stand. Ze geeft ons in koppels een oefening, na een half uur voegt ze koppels samen en wordt de essentie van de oefening voortgezet en voor je het weet roept ze: ‘Pause’ en gaan we over naar een scène. Het werkt: we hebben al 70% van de voorstelling behandeld en ontdekkingen over het stuk ervaren we in plaats van dat ze ons worden verteld. ‘MULTITUD,’ gaat Tamara verder, ’kan voor een ervaring zorgen die jullie leven en dat van het publiek kan veranderen. Jullie zijn hier dus jullie willen dat. Maar we zijn met slechts 25 performers en zoals bekend, da´s niet genoeg. Je kunt denken: daar is de organisatie voor. Maar dit stuk gaat er juist over dat als de groep iets mist, de groep zichzelf moet redden.’ Het is doodstil. Worden we berispt of legt ze simpelweg een pijnlijke waarheid bloot? Er moeten 30 mensen bij.

Ik trek het me aan. De groep en de voorstelling zijn nog steeds in gevaar. De band die ik met Tamara en de groep aan het opbouwen ben, dreigt zijn apotheose te missen. Het publiek zal MULTITUD moeten missen. Die avond kom ik elf uur thuis, zoen mijn vrouw en begin te bellen. Het stadium van sms’en zijn we voorbij en dat het laat is, ach. Ook schrijf ik drie vrienden een mail, vraag ik een vriendin met 600 ´vrienden´ uit de culturele hoek ons project met toelichting te delen en mijn vrouw gaat weer rondvertellen. Zij oppert ook de voorzitter van de korfbalhal waar we repeteren in te schakelen. Die heeft zijn leden, die kent zijn pappenheimers. Om half twee lig ik tevreden in bed. Afwachten leek eenvoudiger maar wat heb ik aan bespaarde moeite en het eigen gelijk als het betekent dat wij straks geen voorstelling hebben? N-I-E-T-S."

Dag 5 : Bij mijn hart landt een helikoptertje.

"Een lege vloer. Na enige tijd verschijnen wij. Eén voor één. We nemen de ruimte in bezit. We staan, de blik recht vooruit, niet bezig met denken of oordelen. We staan, we zijn. In Tamara’s woorden: ‘You will be beautiful available bodies’. Overgang: kleine veranderingen duiken op, we veranderen van houding. Het eindigt op de vloer. ‘Collapsed.’ Het was één van de eerste oefeningen die we kregen. Ik wist me er geen raad mee. De uitleg was summier en koffie drinken doe ik dagelijks maar imploderen – nee, nooit. Vanuit mijn ooghoeken keek ik naar de anderen. Bijna zonder uitzondering zeeg iedereen sierlijk in elkaar. Tamara schudde na enige tijd van nee, cryptisch sprak ze: zoek weerstand tegen het verval. Vandaag, 4 dagen verder, herpakken we deze scène. Ik werk met Maja en om en om nemen we een mes ter hand waarmee we andermans pezen doorsnijden. Het lichaam: een manipuleerbare sculptuur. Ik moet Maja’s lichaam aftasten, visueel en met mijn handen. Zij het mijne. We overleggen: Welke spier moet eraan geloven om de romp achterover te laten vallen? Nu kan dat nog. Ineens snap ik ook waarom Tamara ons die ochtend met een massage liet beginnen. Ze doet weinig ‘zomaar’. Via oefeningen (‘let’s work on the material’) leidt ze ons naar situaties, problemen, vragen en inzichten. We blijven ons ontwikkelen. Mijn bewondering voor haar houdt gelijke tred: het is een feest in haar buurt te zijn.

‘Het kan kleiner,’ roept ze. ‘For example,’ ze laat haar hoofd opzij vallen. ‘I am like this. Okay, nice. Then stay like this, investigate the new situation. Ahhh, that is interesting.’ (ze kijkt even de groep rond: grote ogen, ‘begrijp je me’-knikkend) The head is heavy. Feel the weight, feel the blood that runs through your body, feel the tension in the muscle.’ Daarna doen we de openingsscène nogmaals.

Ik heb me in een ogenschijnlijk onmogelijke positie gebracht. Tergend lang blijf ik staan, ik vlucht er niet uit. Ik wil deze nieuwe situatie bewonen. Flits! Heel kort zie ik mezelf staan. Snel probeer ik daar weer weg te komen. Ik wil voelen, mijn ongemak en fysieke pijn ervaren. Pijn wint terrein. Bloed wil naar mijn arm, handen, vingers - gaat niet. Slagaderen pulseren hoorbaar. Ik weiger toe te geven. Flits! Mijn arm moet hangen als een wimpel in windstilte. Gezever! Geen plaatjes maar onder die huid zitten Ferry!

En dan komt ie aangevlogen. Over alle krampen en pijn heen komt er een helikoptertje dat landt bij mijn hart. De deur schuift open en er stapt een jongetje dat nergens bij hoort uit, een broer die uit beeld verdween, onze dode kat en een ernstig zieke vriend.

Mijn arm voel ik niet meer, maar mijn pijn des temeer."

Dag 6: Waar de navel woont en werkt weet ik niet.

Het is zaterdag en vroeg. Ik ben op weg naar de repetities. Ik houd van de stad als ik haar voor mezelf heb, als ik haar hoor ademhalen, als de achtergrond eens naar voren komt. Normaal zou ik vandaag zijn gaan skiffen, alleen naar de markt zijn gegaan, rustig koffie hebben gedronken met Moon, gelezen, film gekeken, koken. Vandaag niet. Gister niet. Morgen ook nog niet. Míjn ritme is weg. Is dat erg? En: als het terugkeert, ben IK dan nog wel de oude?

De Blauw Wit-hal is mijn wereld. Ik ben bij alle repetities en als ik niet repeteer, ben ik thuis. Ook daar gaat Multitud verder, ze ijlt na in mijn hoofd, mijn vingers beschrijven de voorbije dag. Het grootste verschil met mijn oude leven is het aantal mensen met wie ik me omring. Vandaag repeteren we 8 uur en zal ik ze weer beter leren kennen. Ik kan vijf minuten met iemands navel tegen mijn wang hebben gelegen, maar een naam of weten waar de navel woont en werkt weet ik niet. Ook wel geweldig!

De lunch komt uit de keuken van de korfbalvereniging. Het is voor de mensen uit Bulgarije, Japan, Griekenland, Spanje, Polen, Uruguay, Amerika, Zwitserland een goede gelegenheid de Hollandse keuken te leren kennen. Blauw Wit kent zijn klassiekers: een pan tomatensoep met fabrieksballen, groentesoep, zachte bolletjes met ham en kaas (schijfje tomaatje, blaadje ijsbergsla), karnemelk en toe een fruitsalade. Nadat ik me over de eerste teleurstelling heb gezet stroomt mijn hart alweer vol liefde als de man uit de keuken verwachtingsvol informeert of het smaakt. Toplunch, roep ik en lieg niet. Het verenigingsleven hier raakt een snaar in mij. Ergens bij horen, je plek vinden, je welkom weten.

Ik zit naast ‘de handstand’. Ze heeft een trui waarop ondersteboven de tekst I CAN DO THE HANDSTAND geschreven staat. In haar geval is de tekst vrijwel altijd gewoon leesbaar. Ze beweegt als een turnster – ze blijkt acrobate, 18 jaar, uit Zwitserland. Ze is er elke repetitie bij. Toch is dit ons eerste gesprek. We hebben het over de doorloop van gister. ‘Wat me opviel was dat jij telkens wat anders doet: je blijft langer doorlopen, liggen of je begint later met iets dan de anderen en als iedereen links gaat, ga jij rechts. Dat deed je bijna bij alles. Alsof je het bewust doet.’ Ik neem een slok karnemelk en denk na: Ik deed het niet bewust. Maar dat maakt het juist wezenlijker. Elkaar niet eerder gesproken, slechts vijf dagen bij elkaar, maar in een enkele doorloop legt ze dit bloot.

Dag 7: Als ik wegga, ben ik alleen.

"Niet eerder was de aanvechting een repetitie over te slaan zo sterk als vandaag. Is het alleen mijn lichaam dat weigerachtig is? Wil ik niks missen omdat ik het anders straks ‘niet kan’? Toch ben ik ook deze vroege zondagochtend wéér op weg. Als ik arriveer is de groep nog klein – klein en landerig. Alsof iedereen wil spijbelen. Wat ik mooi vind, is de afwezigheid van dwang bij dit project. Je komst is gewenst en we hebben een productie maar als je elders wilt zijn… ook goed. ‘We missen je maar het kan.’ Ik ben er altijd. Tamara pakt uiteindelijk toch het voortouw en trekt ons naar beneden.

Na het opwarmen beginnen we in koppels elkaars nek te masseren. Ik werk met Astrid - zo heet ze (vast) niet maar zij lijkt op haar. Astrid is ook warm en aardig, toch weet Astrid zeker wat ze wil. Astrid vond ook niet snel iets gek. Ik voel me bij ‘Astrid’ op mijn gemak. We lopen door de ruimte. Ik met mijn hoofd in haar handen. ‘Think of the head as a ball,’ zegt Tamara. ‘Play with it, but also take good care of it.’ Ik ben zo ontspannen (of moe) dat ik soms vergeet te lopen. Duizelig stap ik na tien minuten uit het veld. Bij de toiletten staar ik in de spiegel en tref een krijtbleek gezicht.

Op weg terug naar de hal kom ik iemand uit de groep tegen. Of het wel gaat, vraagt ze. ‘Beetje duizelig,’ antwoord ik. Achter glas zie ik de groep bezig. Ik wil er weer bij maar weet ook dat mijn lichaam rust wil. ‘Als ik wegga mis ik van alles,’ speelt het door mijn hoofd. En: Dan ben weer ik alleen. Ik loop naar de kantine, even bezinnen, rust. Boven zijn de mensen van Blauw-Wit onze lunch aan het bereiden. ‘De voorzitter’ zit met zijn eerste biertje op het terras.

Ik zoek beneden een bank en ga liggen. Het enige geluid komt van tennisrackets die een tennisbal raken, spelende kinderen, bladeren in de wind. Ik lig op mijn rug. In de hemel grote wolken. Constant wisselende formaties. Aan de randen kolken plukjes die dreigen los te raken van de grote vorm maar wat niet gebeurt. Elders: blauwe lucht, niets, veel niets. In dat niets verschijnt een vliegtuig. Net als de wolken beweegt deze zich door het luchtruim. De wolken en het vliegtuig zijn in elkaars nabijheid maar toch zijn ze ook in andere werelden. De zachte, tedere, wolkformatie versus die harde pijl die zich een weg in het luchtledige boort.

In de kantine is de lunch begonnen. Of er iets mis is? Of ik moe ben, het gehad heb, geblesseerd ben? ‘Are you okay, Ferry?’ vraagt ook Tamara. Waarom zijn ze zo aardig tegen me? Worden ze ervoor betaald? Of is dit menselijkheid en is die behandeling ook voor mij weggelegd? Ik besluit naar huis te gaan maar niet voordat ik mijn verdrietige gedachtes aan iemand heb verteld en die persoon daarna vraag of die mij wil vasthouden. Die middag zwelg ik in mijn verdriet. Ik jank een zwembad vol en trek er baantjes in. Ik ben verdrietig, ik ben heerlijk verdrietig.

En morgen… een nieuwe dag."

Dag 8: Dit is een mens, geen voetveeg.

"In mijn dagboek trek ik een scherm weg. Mensen zien voorstellingen, het resultaat van repeteren. Maar trek het ene scherm weg er zullen anderen verschijnen. Zo is er voor mij het gordijn waarachter de organisatie van Julidans schuilt. Ik weet van hun bestaan, ik ze zie ook regelmatig maar tijdens repetities is de schouwburg heel ver weg.

Vandaag had Tamara crisisberaad. Het minimum aantal aan performers was nog niet bereikt en het uur U naderde. Zou het wel door gaan? Het blijkt welhaast onmogelijk om anno nu in Amsterdam (vrijwillige) performers te vinden voor MULTITUD. Mensen hebben of willen er geen tijd voor vinden, ook willen velen niet voor ‘niets’ werken. Zegt dat iets over deze tijd, deze stad? Elders bleek het telkens wel mogelijk. Als dat zo is dan hebben wij een onze noodzaak gevonden. Deze stad heeft MULTITUD nodig. We zijn druk, we rennen, we willen geld, maar waar rennen we heen? En: zijn zaken van waarde te koop of kun je die ook verdienen? En willen we hollen of hollen we maar mee?

Als ik dan toch preek dan liever voor andersdenkenden. Zowel voor de spreker als de toehoorders is dat interessanter. Ik hoop dat de mensen die nee zeiden straks komen kijken. We hoeven dan niet te scoren voor open doel. Het wordt een uitwedstrijd waar wij, met geschorste spelers en een geblesseerde topscorer en sterke tegenwind en de verblindende zon in de ogen, zullen proberen een prachtspel te laten zien.

Het gaat door!

Mijn favoriete scène is ‘de exodus’. Ik herinner me mijn verbazing bij het instuderen van dit deel. Tolk/performer Javier lag op zijn buik en Tamara kwam op handen en voeten aangelopen. Bij hem beland vervolgde zij haar route… over zijn lichaam. ‘His body must be relaxed, available. I need to take care of him. Feel where you place your hands and feet. You can place them eveywhere, even breasts but take care.’

Daarna strekte zij zich uit en was het aan hem. ‘Dit kan niet,’ dacht ik. Javier is 1 meter 85, 85 kilo zwaar. Hij zette zijn linkerhand op haar kuit, zijn rechter op de andere, zijn voet plaatste op haar zool en zo bewoog hij langzaam naar boven. Tamara zuchtte. ‘Keep breathing.’ Javier vervolgde tastend zijn route. Op haar achterste blies hij even uit.

Met bewondering keek ik het aan. Wat kan een lichaam veel hebben! Als wij aan de slag gaan openbaart de gelaagdheid van dit werk zich weer. Tijdens het klauteren merk ik hoe delicaat het is om over de ander te lopen maar wat is het heerlijk dat iemand mij een pad biedt om vooruit te komen. Later lig ik op de grond en ervaar ik hoe mooi het is de hulp te kunnen bieden. En de kruipende lichamen op mij gaan er niet lichtzinnig mee om. Ze weten: dit is een mens, geen voetveeg."

Dag 9: Rondrennen kun je als zombie doen.

"Het start- en middelpunt van MULTITUD (van performen) is het lichaam. Hoe beweegt het, wat doet het, hoe vormen meerdere lichamen een beeld? Wij performers zijn geen marionetten, wij hebben invloed op dat beeld en de zeggingskracht. Wij vullen het beeld in. Maar nu, nu wordt het precair of: uitdagend! Want je bent je eigen gids in wat je voelt of ervaart. Denk je in een plaatje dan kan het al snel kolderiek worden. Ik noem het rondrennen met een lichaam met bungelende, ontspannen ledematen. Dat kun je als zombie doen. Je kunt ook van binnen de boel anders organiseren zodat je je steeds verder ontspant. Dan ziet de toeschouwer een lichaam dat de controle verliest. Beide roepen gevoelens of gedachtes op. De beweging geeft scènes betekenis. Wordt het Thriller of toch een andere ervaring?

De performer zet de toeschouwer op een spoor, maar je wilt hem geen strop om de nek leggen en binnenhalen. Het is zaak je beweging (losse ledematen, snelheid, duizeligheid, botsingen) te ondergaan en met de gevoelens die ontstaan, handelingen in te zetten. Beweging. Lichaam. Gevoel. Handelen. Je legt er niet iets extra’s in, nee: je bent, je doet. Dit vind ik ontzettend lastig. Neem dat rennen. Organiseer je lichaam maar eens zodat het is alsof je lichaam uit elkaar dreigt te vallen. Dan: moet ik ook nog bij mijn gevoel komen (en dus het denken achterwege laten). Omdat we niet alleen zijn, probeer je ook nog contact te houden met de groep. En: er is nog ‘het toneelbeeld’, dat moet aantrekkelijk blijven.

Oh ja, de timing, die moeten we ook nog in de gaten houden. Gelukkig hebben we deze doorloop een lang gesprek. Tamara is bang dat we teveel het stuk gaan ‘afdraaien’ of dat we patronen creëren. Liever ziet ze dat wij het stuk spelen en beleven als doel zien. We moeten het ondergaan. Niet pagina’s omslaan maar echt de woorden proeven, tot je laten komen, voelen wat die ongelukkige val van iemand in jouw nabijheid met je doet, hoe je de adem van een hijgend mens met een hartslag van 180 op 5 centimeter van je gezicht ervaart?

We mogen ook meer menselijkheid erin leggen. Dat is niet hetzelfde als acteren of dramatiseren. Ze trekt er een vies gezicht bij: ‘No, we don´t want that.’

Ik merk dat performen van mij vooral constante alertheid vraagt. Alertheid om te blijven voelen wat ik voel, wat ik zie, hoor, ruik, wat de anderen doen. Die constante alertheid put me ook uit. Als ik een gebouw ben dan vertoefde ik veel en vaak op mijn bovenste verdieping. ’s Morgens nam ik de trappen naar boven. Daar was ik graag. Hoog, boven alles, stil, veilig. Maar ondertussen stonden de andere etages leeg. Nu ren ik het gebouw op neer. Ik bewoon de krochten, de spellonken, de kieren maar heb ook vergezichten. Soms schopt het me de deur uit, de straat op. En ik struikel ik voortdurend. Ik krabbel weer op en ga verder. Ergens vermoed ik dat mijn leven in die vertrouwde bovenkamer mij slechts ogenschijnlijk gelukkig maakte. Was het niet ook een kerker of een plek waar ik kon schuilen uit angst voor de ware intensiteit van het leven?"

Dag 10 (generale repetitie): Houd ook het grote plaatje in de gaten.

"Hevige regenval heeft het Erasmuspark onder water gezet. De Generale zal niet buiten worden gehouden maar weer in de Blauw Wit-hal. Het plan wordt weer volledig aangepast. Een nieuwe oefening in het leren omgaan met onverwachte situaties. Het lijkt wel MULTITUD. Verwachtingen bijstellen, bakens verzetten, teleurstellingen weer achter je laten. Ik begin het aardig in de vingers te krijgen of ik gaf er al niet zoveel om. Ik merk dat het mij om het even is waar we het doen, als we het maar doen. Want dat ik hem wil doen is wel duidelijk. Als ik de volgorde en de codes maar goed in mijn systeem heb dan komt het morgen wel goed. Dan heb ik mezelf en de groep.

Het geluid zal vanavond wel meelopen. Muziek is het niet echt, eerder geluidskunst. Het is wel wennen. Het is verleidelijk om ‘de muziek’ als dirigent te beschouwen die tekens geeft voor tempo en scènewisselingen. Niet goed. Da’s het paard achter de wagen spannen. Het geluid zal reageren op ons in plaats van andersom al blijkt dat wel lastig.

Dat merk ik bij ‘de orkaan’. Het zuigende geluid neemt in snelheid toe, sneller dan onze benen ons bewegen en we lopen achter de muziek aan. Ook later, bij ‘de kakkerlakken’, is het de muziek die ons omhoog doet schieten. Dit heeft niks met sensitiviteit en timing te maken maar met reageren op een teken. Iets wat we nu juist hebben willen verruilen voor sensitiviteit, aanvoelen, elkaar in de gaten houden.

Tegelijkertijd: het doorbreken van patronen behoorde ook tot de lessen. Na afloop hebben we een korte bespreking. Ik ben erg tevreden. Op een paar momenten was ik de volgorde kwijt maar door naar de anderen te kijken, vond ik weer aansluiting. Er was zelfs een scène bij waarbij ik de schoonheid van het stuk ervoer. Het beeld van de rondslingerende kleding die door iedereen omhoog wordt gegooid gaf zo’n mooie aanblik dat ik er blij van werd. Ik denk dat ik er zelfs bij stond te glimlachen.

‘Oh and there’s one more thing,’ zegt Tamara, het woord tot de niemand in het bijzonder richtend, ‘throwing away the clothes is not a happy scene.’ Ik slik. Ik slik nogmaals. Ik voel me lullig. Heb ik die scène nou zo naar zijn grootje geholpen? Zat ik eens lekker in het moment, wees mijn kompas me de verkeerde kant op. Op de fiets naar huis bedenk ik me dat ‘generales’ hiervoor bedoeld zijn. Als ik de volgende ochtend Lara bel en haar vraag naar haar omgang met gevoelens in het stuk zegt ze: ‘Er is niet een goed of fout. Als je dat voelt is het prima, maar houd ook het grote plaatje in de gaten. De kijker moet ons allemaal bezig zien, niet een iemand die eruit springt en blijdschap toont. Daarmee zou je de kijker zijn eigen beleving kunnen ontnemen.’

Ik ben er klaar voor."

Dag 11 (de performance): Op zoek maar niet naar iets dat te koop is.

"Ik fiets richting West, richting het Erasmuspark. Het regent. Had ik al geschreven dat het een openluchtvoorstelling is?

Zojuist was het een uurtje droog. Een filmploeg die me volgt, had me gevraagd een stukje te gaan roeien. Toen het erop stond, vroegen ze of ik nerveus was. ‘Waarvoor,’ vroeg ik en dit was niet stoer bedoeld. Uit reacties die ik krijg als ik over de repetities en de performance vertel, merk ik dat wat wij in de voorstelling onderzoeken veel mensen bezighoudt - echt voelen, je hart durven volgen, je eigen keuzes maken, jezelf durven zijn, verbinding zoeken. Op een simpele, beeldende wijze (‘We don’t talk, we use the body’) creëert MULTITUD situaties die vragen oproept en emoties losmaakt, bij spelers en publiek.

Afgelopen weken heb ik mezelf in die situaties gebracht, situaties waarvan ik vooraf de uitkomst niet wist. Het enige dàt ik wist, was dat ik er iets mee moest. Er werden me problemen bezorgd, voorstellen gedaan, keuzes geboden – du moment diende ik te reageren. Niet met het hoofd (‘Too politically correct’) maar op basis van mijn zintuigen en gevoel. Het is de kern van performen (en misschien wel: leven).

Straks ben ik weer omringd met de groep met wie ik dit heb onderzocht. Ze zijn blank, bruin, jong, oud, amateurdanser of professioneel, hoog- en laag opgeleid, man en vrouw. De een was gepensioneerd, de ander kwam naar de repetities nadat ze een hele dag als suppoost schilderijen had bewaakt. Een ander stond voor de klas. Er kwamen er van om de hoek, maar ook uit Bussum, Leiden, Utrecht, Haarlem. Om van de nationaliteiten maar niet te spreken. Allemaal deden we het voor ‘niets’. Nu ja, we waren wel op zoek naar iets maar naar iets dat niet te koop is. De gedachte straks met hen te mogen spelen geeft me zoveel zin en kracht dat de hemel naar beneden moet komen willen ze mij niet laten spelen.

Op weg naar Podium Mozaïek (onze verzamelplaats) fiets ik door het park om onze ‘vloer’ te bekijken. Te midden van een groot veld waarvan de leegte door de aanwezigheid van een hond wordt benadrukt, zie ik onze set. De verregende technici doen er alles aan water en elektriciteit gescheiden te houden.

In de kleedkamer tref ik hen. De kreupele en gehavende gevallen hebben pijn verruild door verdoving. Er zijn er ook afvallers. Ik geniet van de aanblik van mijn medespelers. Met een ‘Hé Ferry, zin in?’ word ik verwelkomd, ik schud handen, zwaai, wordt omhelsd. Even later geven de technici groen licht: het gaat door. We lopen gezamenlijk naar het park. Daar vraagt Tamara of wij onder deze omstandigheden - nat en inmiddels (en zeker straks) ook koud – wel willen spelen. Er volgt geen discussie. Mijn enige punt van zorg is: ik wil wel publiek. Al zijn het er maar vijf, ik wil publiek. Ik begon aan dit project voor mezelf maar inmiddels wil ik de kwetsbaarheid, kracht en onvermoede gevoelens die bij mij los zijn gekomen, doorgeven. Ik wil een spiegel zijn voor diepgewortelde emoties die dankzij ons spel de kans krijgen naar buiten te komen.

Een half uur later gaan we van start. 

In de regen, met publiek."

Dag 12 (slot): In de verte zie ik mijn medemens passeren.

 "Het is stil in het Beatrixpark. Af en toe een hardloper of fietser. Na te hebben uitgeslapen en een rustige zondag (ik lag er pas om 3 uur in: Het Artiestenbestaan!) zit ik nu op een verlaten veld met mijn rug tegen een boom. Voor de vorm pak ik er de weekendkrant bij: kolommen vol verhalen over de mens – wat we doen, hoe we doen. Gezichten kijken me aan – breed glimlachend, angstig, neutraal, zelfvoldaan, onzeker, gelukkig. Tevergeefs doen de verhalen pogingen mijn aandacht te vangen.

Het is bij vijven, normaal onze repetitietijd. Voltooid verleden tijd. Een herinnering: ik ben 17 jaar, ik ben nieuw op een school, instromer. Meteen de eerste week gaan we op schoolreis naar Berlijn. In de bus komt een meisje naast me zitten. Ze is heel open, belangstellend. Ze is leuk. Er ontstaat die week iets wat je zonder omwegen Liefde kunt noemen. Na een week worden we weer voor school afgezet. Zij gaat naar de Prinsengracht naar haar ouders, ik naar mijn jongenskamer in een Amsterdamse buitenwijk. Thuis heb ik nergens zin in. Ik sluit me op in mijn kamer. Uit de stapel vuile kleding zoek ik het T-shirt dat ik tijdens de terugreis aanhad. Heel de terugreis heeft zij tegen mij aan gezeten. Ik leg het naast mijn kussen.Ik leg de kranten weg. In de verte zie ik mijn medemens passeren. Soms werpt iemand mij een blik toe om weer snel weg te kijken. Passanten blijven passant. Ik denk terug aan die ene oefening. Het was een opwarmer. We lopen door elkaar en we gooien elkaar flesjes water toe. Ons tempo van lopen en gooien wordt steeds hoger. Voor de werper zaak goed te kijken wie zijn blik, en daarna de fles, vangt. Voor de anderen zaak alert te zijn óp die blik. Zo intens met elkaar bezig, vraag en aanbod, geven en nemen, samenwerken, aanvoelen.

Toen een vriend mij na de tweede voorstelling vroeg of ik het spijtig vond dat het al voorbij was, aarzelde ik niet: ik zei dat de voorstellingen voorbij mogen zijn, maar dat ik de inzichten de rest van mijn show – het leven - meeneem. Welke? Dat als ik mezelf niet tot een groep reken dat dàt mijn projectie is en ik mezelf er dus buiten plaats. En wat me ook duidelijk is geworden in de afgelopen weken is dat ook mijn aanwezigheid op prijs wordt gesteld. Tot slot: als ik mezelf ben, is dat meer dan genoeg.

Deze inzichten draag ik bij me. In hoofd en hart. Concreet zal ik vaker op zoek gaan naar samenwerking en verbindingen. Want mensen maken me blij èn verdrietig (en andersom: ik hen) en dat ervaren maakt dat ik werkelijk leef. Ik heb een vak waarbij afzondering vereist is maar de verhouding ‘werkkamer – buitenwereld’ kan veranderd worden. Ik ben iemand die graag op zichzelf is, maar ik wil de afzondering als een keuze beschouwen, niet ertoe veroordeeld zijn. Voel ik me voortaan alleen of onzichtbaar, dan zal ik een flesje water pakken en de straat opgaan. Of ik ga de straat op en wie weet worden er mij flesjes toegeworpen."

Ferry Wieringa


Multitud: obra, filosofia i una mirada des de dins

Edición en el marco de Festival Salmón / Barcelona 2016

Més de setanta persones immòbils. Cent quaranta ulls mirant l’infinit, cossos sentint i habitant el seu espai. 

Una imatge impactant per insòlita: és la Multitud deixant-se observar. En aquest món sembla que ja no hi hagi temps per la contemplació, i encara menys per deixar-se contemplar, però així és l’inici del muntatge creat per Tamara Cubas, que es representa aquest cap de setmana a la Sala Oval del MNAC, en el marc del Sâlmon Festival del Mercat de les Flors de Barcelona.

Érem unes vuitanta persones el primer dia d’assaig. Tamara Cubas, amb la seva mirada penetrant, ens explicava la filosofia del projecte. La majoria ja havíem llegit la descripció de l’espectacle a la convocatòria publicada pel Mercat de les flors, ens hi havíem interessat i suposo que també havíem fet veure que l’enteníem. Però darrera aquesta peça s’hi amaga una profunda reflexió filosòfica: on queda allò col·lectiu? En un món en què no hi ha un comú i ningú sap cap a on anem, de quina altra manera ens podem relacionar? I per damunt de tot: quin lloc ocupa la ‘multitud’ en l’esfera pública contemporània?

En pocs minuts, Tamara Cubas ens exposa les idees que giren entorn a l’obra. Com a concepte, la ‘multitud’ és complexa. A diferència de la ‘massa’, homogènia i fàcilment identificable amb una unitat, i de la ‘muchedumbre’, que per més que inclogui la diversitat està desorganitzada i no és capaç d’aconseguir un propòsit comú perquè ni s’ho planteja, la ‘multitud’ té la seva força en la multiplicitat i en la capacitat organitzativa i resolutiva. La ‘multitud’ té un objectiu i, per sobre de tot, s’alimenta dels desitjos i impulsos dels qui la conformen. Nosaltres, ara i aquí, som una representació física d’això mateix. No ens coneixem ni fa falta, ens diu, però caminarem junts i ens donarem suport fins aconseguir el nostre propòsit. Aquesta és la filosofia, així és Multitud.

Quadern d’assaig: 1. La mirada. Mirar fixament els ulls d’algú és un exercici complicat. Pot arribar a ser MOLT incòmode. La mirada recíproca i intensa dels ulls d’un altre és capaç de despullar-te en pocs segons i ruboritzar-te sense llançar-te cap floreta. Quan aquesta mirada no només es creua sinó que es manté durant cinc, deu, quinze minuts, deixa de ser incòmode i passa a ser magnètica. I fatigant. Rodegen el meu cos altres mirades recíproques que es mouen, xoquen, cauen, s’aixequen, ballen. La visió perifèrica em permet mirar fixament la meva parella sense deixar de percebre tot el que passa al meu voltant: la noia dels cabells curts i arrissats s’aproxima per l’esquerra; un noi molt alt corre ràpid cap a mi; m’aparto, però compte!, la noia dels pantalons liles ve d’esquenes i no em veurà; al davant tinc unes escales que he de pujar sense mirar; i si caic? Una parella travessa pel mig el fil invisible que ens uneix a mi i a la meva, però no el trenca sinó que el reforça: ens tornem a buscar i, contentes, ens adonem que no ens hem perdut mai.

Multitud no neix del no-res sinó que forma part d’una cadena de pensament. Com un pintor que decideix canviar radicalment d’escala i pintar un quadre de grans dimensions, Tamara Cubas va sentir la necessitat de treballar amb un grup molt nombrós que li permetés experimentar amb els conceptes que tenia en ment. Portava molts anys reflexionant sobre allò individual i allò col·lectiu, on queda la frontera entre allò públic i allò privat, en treballs com Actos de Amor Perdidos (Montevideo, 2010), entre d’altres. L’interès per aquestes qüestions sorgeix de la necessitat, sovint dolorosa, d’abordar el seu passat, la memòria familiar i pensar-se a ella mateixa. Va néixer a l’Uruguai el 1972, un any abans que l’exèrcit prengués el poder i comencés una dictadura militar que duraria onze anys. Ella i la seva família van exiliar-se a Cuba, on va criar-se i estudiar en un moment en què el govern de Fidel Castro virava cap al caràcter socialista de la Revolució Cubana i en què el jovent, o era comunista, o no era. La democràcia a l’Uruguai va ser restaurada el 1984 i la Tamara i la seva família van poder tornar al seu país natal. Entremig, familiars presos, familiars desapareguts.

Després de llicenciar-se en Arts Plàstiques i Visuals a l’Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes, va fer un Màster en Art i Tecnologia a l’Escola d’Arts d’Utrecht i, altra vegada a Montevideo, va formar-se en dansa contemporània. El seu currículum és una successió de les paraules autora, directora, professora, altra vegada autora, assessora, jurat, un altre volta directora, coordinadora… Diverses institucions, diferents països. I al cap, sempre aquestes qüestions: com ens relacionem amb un passat dramàtic? Com ens relacionem amb el poder? On queda allò comú? Reconeix amb nostàlgia que té la necessitat vital d’allò col·lectiu. No considera que les seves obres es puguin catalogar com a art polític, però sí que les seves pràctiques es mouen en aquest terreny. És trist com molt sovint es confon la política amb els partits polítics, alimentant allò de “a mi, la política no m’interessa”. La política és la gestió de l’ara i aquí. Pa’ dónde vamos, y cómo lo hacemos. 

Quadern d’assaig: 2. El descontrol. Som part d’un huracà que ens arrossega cap al seu ull. El moviment centrípet ens desestabilitza, sortim dels nostres eixos, som ebris en caiguda lliure. L’enorme força i l’adrenalina generada acaba amb la convergència en un U. Sembla l’esvaïment de la multitud, però només ha estat un lapse. Ens encomanem el riure a partir del col·lapse generat, ens elevem en forma de riallada conjunta i seguim el nostre curs sense curs. És el control del descontrol.Som part d’un huracà que ens arrossega cap al seu ull. El moviment centrípet ens desestabilitza, sortim dels nostres eixos, som ebris en caiguda lliure. L’enorme força i l’adrenalina generada acaba amb la convergència en un U. Sembla l’esvaïment de la multitud, però només ha estat un lapse. Ens encomanem el riure a partir del col·lapse generat, ens elevem en forma de riallada conjunta i seguim el nostre curs sense curs. És el control del descontrol.  

Cubas va iniciar el projecte a Ciutat de Mèxic el 2011 gràcies al premi Iberescena, però va posar en pràctica la idea de multitud amb… vint persones. No n’hi havia prou. Per això va repetir el procés i va seguir investigant a Montevideo, on va reunir més de 60 persones. La Multitud es va representar en diferents espais públics de la ciutat. Espais oberts, urbans, on la realitat s’imposava de tal manera que, fins i tot, entraven a escena personatges inesperats: un grup de nens, en veure que aquella gent que feia unes coses tan rares, de cop i volta es treia la roba –i les tenis!, que és com anomenen allà les vambes- van infiltrar-s’hi per apropiar-se d’allò que ells somiaven tenir. La multitud no va immutar-se, concentrada com estava, i el públic va ser còmplice d’aquell robatori entranyable.

Després de recórrer mitja Amèrica llatina, sempre acompanyada de la gent del col·lectiu Perro Rabioso, del qual n’és co-directora, aquest any Multitud ha creuat l’Atlàntic per primer cop. És conscient que l’obra té un rerefons polític concret i, per tant, no és ella qui busca una ciutat sinó que són els festivals els que s’hi interessen. Li pregunto què ha suposat moure a Europa un projecte creat a la calidesa de l’Amèrica llatina. De moment només ha trepitjat Itàlia i Espanya, que no són precisament països freds. Nous cossos, noves sensibilitats. Però si una ve de treballar amb ballarins brasilers –todo pasión- és difícil no comparar.

Quadern d’assaig: 3. El tacte.No el conec de res però confio en la seva espatlla dreta. Camino rere seu, sentint la calor del seu cos i el ritme de les seves passes, que les meves atropellen. Al meu voltant passen ombres, algunes ràpides i d’altres més lentes. N’hi ha que es materialitzen en cossos que em toquen i m’espanto. Però confio en la seva espatlla dreta. Tenir els ulls tancats en tensió cinc, deu, quinze minuts, també és fatigant. L’objectiu és relaxar-se i destensar la mirada: confiar a cegues. El noi canvia la velocitat o la direcció en funció, a vegades, dels seus desitjos, i la resta de vegades, de la trajectòria dels altres seguidors d’espatlles. Ell corre i el cor se m’accelera; després frena i ja respiro. Crec que vol que pugi un graó, un graó molt alt. Però confio en la seva espatlla i aixeco una cama: ja sóc dalt. 

Multitud no té un guió definit. Corre pel Facebook del projecte un document anomenat ‘Partituras’, redactat per un grup de persones que va formar part, en algun moment i en algun lloc, d’una Multitud. Aquestes partitures són les mateixes per cada muntatge, per cada país on va, però permeten que cada grup se les faci seves, les doti de sentit, se’n faci responsable de forma individual i col·lectiva, i pugui dur a terme una obra definida en el què però no en el com. La Multitud és el com, i el com, som nosaltres. Això comporta el risc, l’accident. El filòsof i semiòleg napolità Virno fa servir el concepte ‘miedoseguridad’ per dir que, filosòfica i sociològicament, la ‘multitud’ conté en si mateixa el perill i la salvació, el conflicte i el consentiment. Ningú es pot acomodar ni deixar d’estar present perquè, malgrat que nosaltres decidim, ningú ens empara.

Quadern d’assaig: 4. La gravetat. El moment d’estar de peu és tan important com el de caure. Habita el moment, buidar-se per dins, sentir-se vulnerable; relaxar la mirada però mantenir-la viva. Sostengamos ese estar. Els peus, “aquellos trotones brutos eran un recordatorio permanente de la animalidad, del estatus irredento, no angélico del ser humano. Y asimismo llevaban a cabo la tarea menestral de conectar al ser humano con el suelo firme”, escriu Martin Amis a La viuda embarazada. La relació dels peus amb el terra és vital per sentir la gravetat. Davant, un horitzó imaginari. Al voltant, setanta persones desconegudes; la meitat al terra i l’altra dretes, com jo. I en aquest instant de silenci, moro. Primer em moro pel cap: el moviment comença amb la mirada cap al cel; el front s’inclina cap amunt i el segueix tot el crani; després cau tot el meu cos, com una planxa rígida però relaxada. La gravetat m’atrau cap al buit. Però acull el meu cos un llit que és un altre cos, suau, sense nom i, de moment, sense cara. Morir d’aquesta manera requereix, més que fe, un esforç mental.

Quan li pregunto a la Tamara en quin moment del procés va començar a llegir Gramática de la multitud. Para un análisis de las formas de vida contemporáneas (2003), de Paolo Virno, em diu que sempre procura no avançar en un camp teòric abans de començar la pràctica per evitar que les escenes –o unitats d’acció, en el llenguatge de Multitud– siguin una mera representació d’una idea teòrica. Però les unitats d’acció de l’obra estan inspirades en el pensament d’aquest filòsof marxista. Alguna cosa té l’escriptura de Virno que la va afectar: les seves paraules van ressonar dins seu i van despertar els seus conflictes interns.

Virno contraposa el concepte de ‘multitud’ al concepte de ‘poble’. Això no és gens nou, tot i que sigui nou per nosaltres. Al segle XVII, aquests dos conceptes van ser al centre de grans qüestions, no només teòrico-filosòfiques, sinó també, i sobretot, polítiques. És l’època de la fundació dels Estats centrals moderns i de grans guerres religioses. També, segons Virno, és l’època a partir de la qual es defineixen les categories socials de la modernitat. I en aquest debat ‘poble-multitud’, trobem els filòsofs Baruch Spinoza i Thomas Hobbes. Molt resumidament: Spinoza pensava que el concepte ‘multitud’ o ‘els molts’ entranya una pluralitat que mai desapareix quan aquesta es troba a l’espai públic, i que és la base de la llibertat dels ciutadans; Hobbes, sense negar la importància i la força de la ‘multitud’, carregava contra ella per perillosa, per subversiva: ‘els molts’ tenen el potencial per trencar amb el poder de l’Estat.

El debat sembla prou interessant. Per ara, després d’hores i hores d’assaig, la Multitud ja està preparada. I ben desperta.

Helena Roura

https://www.nuvol.com/teatre-i-dansa/multitud-obra-filosofia-i-una-mirada-des-de-dins-31282


TAMARA CUBAS X FÁBIO VENTURINI = A MULTIDÃO

Em torno de Multitud, de Tamara Cubas

Esse é o relato sincero de uma das muitas singularidades encontradas na multidão proposta pela coreógrafa Tamara Cubas, na edição brasileira de sua obra intitulada Multitud.



Fábio Luís Venturini é artista circense, ator e performer. http://bienaldedanca.sescsp.org.br/pt/tamara-cubas-x-fabio-venturini-a-m… 

Tipo: Artículo 

Autor: Fábio Venturini Medio: 7×7 

Fecha: Setiembre 2015 

Foram duas semanas de trabalho árduo, seis horas por dia experienciando com muita humildade e entrega, deixando-se afetar por tudo e por todos.

Difícil traduzir tantos acontecimentos em palavras. Difícil dizer o que aconteceu nessas duas semanas com essa multidão, já que só posso dizer por mim. Poderia escrever uma tese sobre tudo o que aprendi, poderia dificultar e teorizar o que não precisa ser dificultado.

Na verdade, tudo é simples, muito simples.

Tamara nos disse pouco sobre o conceito Multitude. Ela não gastou muito tempo nos detalhes teóricos da obra, não falamos do porquê e muitos menos para quê. Isso não importava, o corpo importava. Falou rapidamente sobre Spinoza, falou sobre o que seria uma Multitude. Disse que a obra não falava sobre a ditadura. 

 Não exigiu nada, não perguntou nada. Disse que não importava quem somos ou o que fazemos. Dizia que somos “hermosos” – assim como somos. Ela nos deixou à vontade para respeitar o nosso corpo: ” você conhece seu corpo, sabe o que pode e o que não pode”.

Disse que ali ninguém era obrigado a nada e que era a multidão quem tomava as decisões. Quando questionada sobre a nudez em nosso único ensaio dentro da universidade, às vésperas da estréia, Tamara respondeu que a decisão era da multitude, ela não podia responder por setenta pessoas.

A multidão de Tamara tem uma coisa do Carteiro e o poeta, onde o poema é de quem precisa dele e não daquele que o escreve. Tamara se veste tanto de carteiro quanto de poeta. Ela escreveu a poesia nos corpos e deu pra que cada um fizesse o que desejasse. Como carteiro, carrega a simplicidade e a humanidade que cabe aos gênios.  

Tem a energia de uma grande e sábia mãe que cuida para que os filhos aprendam da melhor maneira

Sua obra se estrutura na poesia dos acontecimentos, na apreciação do momento.”Se não quer fazer, não faça”, dizia ela a todo momento. “Não dramatize, não faça”. Ela nos dava o poder de decidir.

Ela deixa o legado de sua obra por onde passa, deixando livre para a multidão a decisão de continuar sem ela. Disse que a obra não pertence a ela.

Multitude é uma convenção de gente. É o retrato do mundo confuso e diversificado em que vivemos . É o peso, o cansaço, é ação e reação. É a prova de que a dança é feita pra todas as pessoas, pra todos os corpos, de todas as idades. Multitude grita do começo ao fim que menos é mais. Sem dramatizar ou exagerar cada corpo se coloca como é, sem personagens. Multitude é acessibilidade. É aberto para que qualquer um que se sinta movido possa entrar. É poesia coletiva, linguagem universal.


Tamara levou o seu olhar sobre corpos e multidão pra vários países. Saiu do Uruguai, passou pelo México, Cuba, Chile, Brasil (até onde sei) e agora Itália. Juntou em um mesmo grupo todo tipo de gente de várias formas. Com certeza, mexeu com cada pessoa que participou anonimamente dessas multidões e deixou saudade por onde passou. Tamara contaminou cada pessoa que ali estava com suas inquietações e sentimentos. Cada um de nós ficou movido a continuar nessa eterna descoberta, dessa família chamada Multitud.

“Porque o artista tem de ir aonde o povo está”. 



TAMARA CUBAS X ARTHUR MOREAU = UMA INTEGRAÇÃO ELABORADA PELA PARTICIPAÇÃO

Tamara Cubas selecionou estudantes de artes para serem intérpretes do Multitude. Ela desenvolveu essa coreografia que já foi apresentada em outros países. Ela instruiu uma coreografia a partir de um modo de interação social homogêneo no mundo cuja expressão poética sugere, mas não apenas isso, um modo outro. O primeiro modo, é bom destacar, é um modo de relação de trabalho intrínseco a nossa sociedade.

Vejamos. A participação é uma sociabilidade que se constitui de regras pré-estabelecidas e com a posterior soma de indivíduos que comportar-se-ão e/ou serão avaliados a partir desse paradigma. Já na interação, cada um(a) do grupo constitui o mesmo potencial de contaminar as ações gerais. Ou seja, nesse caso, todxs podem igualmente, de modo descentralizado, distribuído, considerando peculiaridades de cada um(a) e a saúde de todxs. Pois bem, eis (mais uma) ficção cênica que trata, ou até mesmo que há alguma apologia, ao trato à interação social que é cada parte e aquilo que liga cada parte.

Em Multitude, o grupão faz tanto, cada parte, os mesmo movimentos ao mesmo tempo, no mesmo sentido, às vezes com ações ataque em tempos intercalados, como também se dividem em grupos, não necessariamente com cada integrante desses próximos entre si, mas com sua função momentânea específica. E as etapas parecem convidadas ou disparadas pelo som, que são ruídos, ou melhor, faixas de ruídos, como se fosse um álbum composto por várias faixas onde, cada uma, suscita, de leve, algum ou alguns sentidos. Mas isso está colado intimamente à coreografia. O som está mesclado intimamente com ela. Como se aquele fosse um zumbido produzido pelo grupo de alta interatividade e esse zumbido é a comunicação dxs integrantes dessa sociedade que escolhem os gestos adequados para cada momento.

A interatividade acionada pela interação, quando é tudo construído na medida em que as dinâmicas forem acontecendo, onde as resoluções para os problemas que emergirem são rapidamente escolhidas de acordo com o fluxo de contato entre as partes e com retro alimentação de reforço, é como o cérebro trabalha. Então não está ligado com a escolha da maioria e a obedecer o que a maioria decidiu. A interação está ligada à sensibilidade e às emergências. 

Esse enxameamento parece ser uma sociabilidade que vale à pena nós investigarmos e, quem sabe, exercitarmos. O modo como nos tratamos tendo alguns objetivos gerais está, ainda, por demais capenga. Nossas regras sociais, nossas coreografias sociais estão, ainda, nos diminuindo, desvalorizando muitas inteligências que estão à margem das regras que valem para tantos lugares. Essas regras são conhecidas, mesmo que ignoradas, e, por isso, precisam ser claras e difundidas. A interatividade distribuída é mais complexa para cada umx na multidão estar cognitivamente apto. E esse título é muito feliz, pois entender ou compreender uma multidão é um grande desafio no nosso tempo. E, talvez, assistir e prestar atenção a uma pequena multidão de enxameamento e refletir sobre ela possa nos despertar algum aprendizado para participar de modo coeso de outra. Mesmo que a participação tenha uma longa vida, a interação distribuída está, aos poucos, emergindo e Multitude é um reflexo interessante disso. 

 Arthur Moreau é artista e integrante do 7×7. 

 http://bienaldedanca.sescsp.org.br/pt/tamara-cubas-x-arthur-moreau-uma-i… 

 Tipo: Crítica / Autor: Arthur Moreau / Fecha: Setiembre 2015 

DIARIO DI BORDO / PUGLIA

Verso Multitud: l’incontro, l’abbandono, la tensione tra i corpi

Rossella Porcheddu

Martedì, 22 Settembre 2015 08:43

Arriva dall’Uruguay. Ha portato i suoi spettacoli in America Latina, Stati Uniti ed Europa. Questa è la sua prima volta in Italia. La coreografa Tamara Cubas, classe 1972, co-direttrice del collettivo Perro Rabioso, che opera a Montevideo, partecipa a Misteri e Fuochi con Multitud, lavoro che indaga “la condizione dell’uomo contemporaneo, la nozione di eterogeneità del collettivo, l’idea di alterità, spazio pubblico, relazioni interpersonali e possibilità di dissenso”. Un format che prevede la partecipazione di non meno di 60 danzatori/attori, chiamati a dar vita, in sei giorni di residenza, allo spettacolo che andrà in scena all’Anfiteatro Romano di Lucera sabato 26 settembre. Un gruppo eterogeneo, piuttosto giovane, composto da artisti del territorio, che ha cominciato a muoversi nel pomeriggio di domenica 20, mentre Lucera era sferzata da una pioggia battente.


A un primo sguardo non si riesce a percepirli come singoli, perché il lavoro della Cubas – il titolo non lascia dubbi – chiama in causa la folla. Non si spostano compatti i danzatori, ma i loro corpi sono chiamati a dialogare gli uni con gli altri, gli uni contro gli altri, perché il singolo ha ragione di esistere in relazione al gruppo. Hanno un’area da occupare, un percorso da tracciare, senza un vero legame con un luogo fisico, piuttosto con uno spazio mentale. “Immaginate un posto dove vorreste stare per tutta la vita e raggiungetelo” dice loro la coreografa, che sta sempre in mezzo al gruppo, guidandolo e accompagnandolo nel movimento. Al momento, più rassicurante, dell’incontro, segue quello dell’abbandono. Gli arti si lasciano andare, disconoscono gli automatismi, la testa s’inclina, il fisico perde il controllo, sposando il disequilibrio. E ognuno finisce per affidarsi all’altro, per adagiarsi sull’altro, per influenzare l’altro. Ma il percorso è solo all’inizio, scopriremo giorno per giorno come si può camminare, quanto si può correre, dove si può cadere, i modi di piangere, di ridere e urlare, da soli ma insieme, perché il corpo non è solo azione, ma è anche suono. E vedremo quanto ci si può contaminare, influenzare vicendevolmente, e politicamente, perché “mentre la folla è incontrollabile, capricciosa, eterogenea e dispersa, la massa ha altre caratteristiche legate alle forme di organizzazione politica della gente”.

Una ricerca, quella di Tamara Cubas, influenzata dall’esperienza della dittatura uruguaiana e dell’esilio, una riflessione sul potere e sulle forme di organizzazione sociale, un’indagine sull’individuo e sulla moltitud.

Verso Multitud: la perdita di ogni certez

Mercoledì, 23 Settembre 2015 16:14

Per le sue dimensioni risulta essere la più importante testimonianza romana in terra di Puglia. Nell’antichità poteva ospitare tra i 16 mila e i 18 spettatori. Sabato 26 settembre l’Anfiteatro romano di Lucera accoglierà circa 900 spettatori, e c’è da dire che ad oggi i 700 biglietti disponibili online sono tutti esauriti. In attesa di abitare questo luogo storico, che in età augustea ha toccato il suo massimo splendore, i danzatori di Moltitud hanno come casa il Palazzetto dello Sport di Lucera. Arrivano al mattino, e vanno via nel tardo pomeriggio. Otto ore di lavoro al giorno, intense, faticose, a tratti commoventi.

I primi giorni sempre quelli della conoscenza. Ma, a tre giornate dall’inizio, è arrivato il tempo della condivisione. Si sono osservati, si sono fiorati senza parlare, e adesso iniziano a dialogare. Tamara Cubas li guida, li stimola, li accompagna, ma mai li protegge. Fondamentale è perdere la sicurezza di sé, per affidarsi all’altro. Una condizione fisica che è specchio di quella mentale. Perciò la coreografa uruguaiana ha chiesto loro di raccontarsi qualcosa di sé. Il ricordo di momento di solitudine, che sia utile per affrontare l’isolamento in mezzo a una folla.

E, dopo il ricordo, ecco che la moltitudine individua il singolo, si sposta compatta, gli si fa incontro. Senza mai toccarne la pelle, senza mai afferrarne gli arti. A essere ‘manipolati’, come ama dire la Cubas, sono gli abiti, quelli che danno una connotazione sociale. Essere privati dell’abito, è come essere privati della sicurezza di sé. La scena che ci troviamo di fronte non è aggressiva, non è un atto di abuso, piuttosto è percepibile lo spaesamento, il non sapere dove andare, il lasciarsi trasportare. Ma mai nella condizione di vittime. “Quante volte sei caduto e nessuno ti ha preso?” chiede la coreografa, invitando ognuno di loro ad abbandonarsi. Questo è il momento della perdita di ogni certezza.

Verso Multitud: il giorno delle parole

Venerdì, 25 Settembre 2015 16:05

È tornata la pioggia a Lucera. Ha battuto sulle finestre per tutta la notte, per andare via all’alba. Il mattino ha portato il freddo, tanto che stare al chiuso, al Palazzetto dello sport, è stato perfino piacevole. E giovedì 24, durante la pausa che spezza le giornate lavorative, un bicchiere di Cacc’e Mmitte (vino DOC di Lucera) e i taralli hanno scaldato i cuori di tutti quelli che prendono parte al Proyecto Multitud.

Ma giovedì, a due giorni dallo spettacolo, è anche il giorno delle parole. Stanno tutti seduti per terra i performer, espongono perplessità, condividono pensieri. Tamara Cubas è sempre lì ad ascoltarli, a spronarli, a chiarire dubbi, in attesa di vedere ciò che accadrà sabato.

“Quando si mette in scena l’opera, che comunque è una cosa mia, sono molto tranquilla – mi racconta – perché non ho più il controllo, sto solo constatando, sto solo osservando”.

Durante la prova lei è il leader, ma quando l’opera va in scena la responsabilità è della moltitudine. “Lascio che i performer facciano ciò che vogliono con Moltitud, è un’opera completamente libera. Il gruppo di Montevideo, ad esempio, è da tempo che cerca di realizzarla e ancora non ha raggiunto l’obiettivo, ma non posso insistere con loro perché altrimenti diventerei di nuovo il leader. Li seguo a distanza, loro sono autonomi. Sabato (mentre a Lucera ci sarà la Moltitud italiana), faranno alcune scene, non l’opera nella sua interezza, a Montevideo”. La responsabilità, dunque, è dei perfomer, ma cosa accade se non riescono a organizzarsi? “Il progetto è appunto questo, ha come oggetto la capacità, o meno, di organizzarsi. Ma con ciò non affermo che un collettivo è necessariamente capace di farlo”.

Sei i paesi finora toccati, Messico, Cile, Uruguay, Cuba, Brasile e Italia. Quali sono le implicazioni, politiche, sociali, dei vari luoghi? “C’e una grande differenza tra l’Italia e l’America latina, è una differenza nei corpi, ma anche una differenza politica, nella libertà di relazionarsi all’altro, quindi nel rapporto con le istituzioni e nella capacità di emanciparsi”. Difficile non pensare alla vita della Cubas, che è cresciuta a L’Havana mentre in Uruguay c’era la dittatura militare. Impossibile non pensare all’influenza che questo ha avuto nel suo lavoro.

“Multitud non prende spunto dalla mia vita personale, ma, a distanza, posso dire che ne è una conseguenza logica, anche perché i progetti precedenti avevano una tensione tra il pubblico e il privato, il singolo e la collettività, in momenti di resistenza sociale. Sono cresciuta a Cuba, la partecipazione politica dei miei genitori e dei zii è stata molto grande, l’idea di collettivo è parte di me, è sempre lì. Cercare di capire come il collettivo è cambiato rispetto a 30 anni fa è una domanda che viene da lontano”. 

Giovedì, pioggia, freddo, parole

Multitud: l’incontro con la comunità

Lunedì, 28 Settembre 2015 14:05

Si sono preparati per giorni, al Palazzetto dello sport, e sono state prove intense. Faticose, difficili, ma appaganti. Dopo ore e ore al chiuso, l’Anfiteatro di Lucera, illuminato da una luna tenue, nascosta dietro cumuli di nubi, li ha accolti, sabato 26 settembre, per lo spettacolo.

Si acquattano nell’ombra, protetti dal buio dell’arena, si nascondono in mezzo al pubblico, alcuni tagliano lo spazio arrivando dal portale posteriore (come se arrivassero da un’altra epoca, ha detto la Cubas).

Entrano in scena uno a uno i performer di Multitud, rivolgendo il volto ai 900 spettatori, prima di cominciare a muoversi nello spazio. Si lasciano cadere, come pesi morti, si spostano in piccoli gruppi, si inseguono con lo sguardo, si rincorrono, si muovono come uno sciame, riempiono l’aria di risa, e poi si spogliano, indossando gli uni gli abiti degli altri. Una musica risuona nell’aria, straniante, la luce algida dei neon illumina i corpi. Tamara Cubas li ha guidati per giorni, per giorni è stata la leader. Ma ora il gruppo è solo, e da solo deve trovare la forza di organizzarsi. Un processo complesso, quello interno, che chiama in causa le dinamiche del collettivo e la capacità di ascolto dei singoli. Ma ancora più complessa è, in questo caso, la comunicazione con l’esterno. E bisogna dire che gli obiettivi perseguiti sembrano raggiunti. Il gruppo appare coeso, pur facendo salve le differenze degli individui. Animato da un’energia interna, dialoga con lo spazio e con il pubblico.

Perché Misteri e Fuochi non ha solo un aspetto spettacolare, ma anche, una vocazione turistica e sociale. Fondamentale è l’utilizzo di luoghi poco sfruttati e il coinvolgimento della popolazione locale, sia nella creazione degli spettacoli che nella loro fruizione.

Così i baresi hanno potuto vivere nuovamente il Teatro Margherita, chiuso dal 1980 (a parte una breve parentesi nel 2009) e occasionalmente sede espositiva. I brindisini hanno raggiunto l’isola di Sant’Andrea per rivedere il Castello alfonsino, fortezza cinquecentesca abbandonata. I tarantini si sono riversati al rione Tamburi, noto per la vicinanza con l’Ilva. E i lucerini, infine, hanno potuto varcare il portale dell’Anfiteatro romano di Lucera, utilizzato in rare occasioni (l’ultima apertura due anni fa). Ampia arena che non solo ha ospitato l’opera, ma soprattutto ha accolto la città. E questo, dall’antichità a oggi, resta ancora il fine ultimo, e più nobile, del teatro, l’incontro di una comunità.  

Montevideo

DANZA SIN JERARQUÍAS

Por Silvana Silveira / Publicado en Revista Dossier / enero 2014

El maravilloso escenario de la playa Malvín fue uno de los lugares elegidos por la coreógrafa y directora Tamara Cubas para la realización de Multitud., obra que pone en movimiento nada menos que a sesenta artistas de distintas edades, trayectorias y formaciones, provenientes de distintas áreas como la danza, el teatro, el circo e incluso el clown y la escritura.

La obra, estrenada en la Plaza de Deportes nº 5, se presentó en varios lugares, como la Facultad de Artes, la Plaza Seregni y la Plaza Monterroso, entre otros, y tiene previsto seguir circulando por el interior del país. A las 21 hs del sábado 23 de noviembre en la Playa Malvín, con el escenario de fondo de un cielo estrellado y la silueta de la ciudad, el equipo de Multitud, -toda una multitud de performers y algunos técnicos- comenzaban el calentamiento y daban los últimos retoques a la instalación de equipos y luces. Para el espectador, la sorpresa inicial está dada por la elección y disposición de los artefactos lumínicos. Una veintena de tubos de luz y varios spots delimitan una suerte de proscenio. Nuevamente Leticia Skriycky le hincó el diente a la producción de luces y el resultado es realmente asombroso. “La luz se va adaptando al lugar, su puesta tiene que ver on una pred de fondo, un lateral de tubos de luz y un frente. Se trató de construir con pocos recursos un frente que se adaptara a cada espacio. Leticia controla las luces al tiempo que desarrolla su propia investigación sobre esta propuesta lumínica y cómo manipularla”, explicó Cubas a revista Dossier.

El proyecto nació en México como un coproducción binacional Uruguay-México, con apoyo de Iberescena, creada inicialmente para veinte bailarines mexicanos y dos músicos. En la propuesta inicial Francisco Lapetina había instalado micrófonos que captaban y generaban el sonido producido por la multitud y lo manipulaba en vivo. Para su realización en Montevideo convocaron a Martín Craciun y ambos procuran que el sonido, al igual que la luz, actúe como contenedor y generador de distintas atmósferas. Ya próximos a las 22 hs comienza la performance. Los performers van entrando de a uno al rectángulo que hace las veces de escenario improvisado en la arena. Unos niños sentados en la arena gritan “empieza, empieza”. En los siguientes quince minutos, aproximadamente, los participantes se dedican casi exclusivamente a caminar, ocasionalmente alguno cae a la arena y se levanta o es sostenido por otro. Gradualmente y de manera imperceptible se genera un cuadro grupal con acciones que involucran a todos.

No cuesta mucho adivinar algunas de las consignas que están en juego: quitar el poder al director, decidir en forma grupal erradicando la figura del lider, moverse como lo haría una manada o un cardúmen, tomar decisiones en escena, interrogar al espectador sobre qué es la danza e incluso sobre cuestiones más amplias como qué somos como especie y cómo nos relacionamos con el otro.

“La idea era trabajar sobre lugares no especializados con la noción de que no hay que ser un especialista para relacionarse con las cosas. En ese sentido, las acciones desarrolladas en la obra parten de lo más básico: caminar, correr, tirarse al piso, reír, gritar y son compatibles con todo el mundo. Si bien la risa y el grito implican el sonido, parten de una acción física, de cómo hace el cuerpo para provocar el sonido más potente posible y de cómo podés ser afectado por el otro”, desarrolló Cubas.

Pasados los quince minutos iniciales que la obra toma en configurarse, surgen algunos momentos claves que le otorgan densidad a la dramaturgia coreográfica. Son especialmente atractivos los instantes en los que todos los participantes corren en círculo a gran velocidad como si estuvieran a punto de caer a un precipicio, dando lugar a una suerte de coda desquiciada. También resultan fuertemente impactantes desde el punto de vista visual los momentos en los que se anula completamente el plano vertical y todos comienzan a reptar, luego a saltar y caer violentamente al piso (recordando un poco los intrépidos saltos de los bailarines de Cena 11 que no temen estrellarse contra el piso).

La puesta en escena también trae ala mente ejercicios de tallers como el de La Ribot que, durante su visita a Montevideo, invitó a los participantes a reir durante varias horas, tal como lo hizo en su obra Laughing Hole, versionada por Cubas en Actos de Amor Perdidos (2010). En Multitud también se desarrollan varios temas que Cubas había planteado en ATP (2008), una pieza sin guión, sin historia, en donde lso sonidos eran procesados en vivo y se investigaba cómo los seres humanos construyen sus vínculos. Es “ATP” multiplicado por treinta”, señaló la directora. Si bien la obra tiene sus particularidades y responde a un proyecto más amplio y global, desarrollado por Cubas en forma personal, es posible ver puntos en común con el trabajo de Lupita Pulpo en Una multitud Singular, y más recientemente por Lucía Naser en el solo Discontinua animalidad.

Multitud, explica Cubas, refiere al pensamiento filosófico de Spinoza (1632-1677), sus conceptos acerca de la multitud y la masa, cómo el encuentro con el otro puede hacer bien o mal y afectar al otro. “Mientras la multitud es incontrolable, caprichosa, heterogénea y dispersa, la masa tiene otras características vinculadas a las formas de organización política del pueblo. A raíz de las crisis sociales que han acechado a la humanidad, pensadores como Negri y Virno retoman el concepto de multitud como forma de organización social y política. Los acontecimientos sociales recientes en México o Brasil, la crisis de los partidos políticos, han puesto de manifiesto una nueva forma de organización social, que no necesariamente implica la necesidad de pertenecer a un grupo concreto a la hora de resolver los problemas presentes” agregó. Multitud pone en juego también una manera distinta de producción en la que el proyecto es autogestionado pro el grupo y sacado adelante por todos.

Autor: Silvana Silveira / Medio: Revista Dossier / Fecha: Enero 2014 

Edición Amberes por Guido Ooghe / Zoomer Festival

Por martin cerisola / UY

yo quiero hablar de otra manera

El poder no es un concepto abstracto. Se ejerce sobre nuestro cuerpo. En nuestra manera de estar y de estar con los otros. El lenguaje social y sus dinámicas de vinculación lo perpetúan, lo vehiculizan. Cumplen con aguda eficacia su tarea de normalización. 

 Crear es encontrar un lenguaje que pueda suceder por fuera de estas estrategias. Es salir de lo codificado, ir hacia zonas límite en las que puede pasar otra cosa. Un lenguaje nuevo provoca una dislocación que des-automatiza y libera: rompe la cáscara de lo establecido, disuelve lo rígido, desarticula la obediencia ciudadana y cotidiana del cuerpo. Esta fuerza transformadora provoca una conmoción que “sacude los techos y abre el acceso”. La metáfora proviene del budismo zen, que así imagina la iluminación: un viento poderoso vuela los techos de la casa, que queda abierta entonces, expuesta, y entra en ella la imagen de los cielos. La casa sacudida se ha expandido: conviven ahora la intimidad y lo cósmico. Un lenguaje nuevo es una expansión: abre nuevas posibilidades de experiencia, propicia un contacto inédito con lo vivo; acerca. Detengámonos ahora en algunas señales sensibles de ese lenguaje específico que Multitud pone en escena.

Cuerpo y tiempo

Cuando comienza la obra el escenario está vacío. Este vacío se sostiene largo rato. Un tiempo extraño, incierto; ajeno a las complacencias que el público suele exigir para sus espectáculos.

Esta primera tensión funciona ya como disolvente: las expectativas del espectador empiezan a abrirse, a desfigurarse.

Luego entran los cuerpos. Se quedan allí, parados, expuestos, quietos. Su mero estar, sin más, instala un tiempo que sucede distinto. Una duración dislocada.

Luego, una cabeza, un tronco o una cadera se desarman, se desmoronan. El resto del cuerpo permanece sostenido. Hay cuerpos que caen y otros que insisten erguidos. La práctica despliega un ritmo visual que no permite establecer un centro.

Además, a lo largo de la obra lo que se compone siempre parece estar en lucha: hay cuerpos que corren furiosos mientras otros reposan, cuerpos que agarran o se dejan agarrar, que entran en comunión o se repelen. Son cruces de fuerzas que convergen y luego se desplazan. Nunca se establecen. El lenguaje que Multitud explora no erige nada. Varía; se desplaza. Como desplazan su eje los cuerpos en escena.

Interesa ahora esta correspondencia entre lo que el cuerpo ejecuta en escena y lo que la mirada del espectador recibe. Interesa pensarnos como espectadores/receptores de ese lenguaje escénico, de esa dinámica que miramos y que hace tambalear lo esperado, lo estable, lo seguro.












Martín Cerisola es Licenciado en Letras, poeta, performer y ensayista. Tiene dos libros publicados, ambos en 2012: Perseguir (Poesía, Editorial Estuario, Montevideo) y El orfismo griego en el lenguaje poético de Hugo Mujica (Ensayo, Editorial Académica española, Madrid).

Mirar el río

“Tal vez es esto ridículo a los oídos de quien, por no saber lo que es mirar las cosas, no comprende a quien habla de ellas con la forma de hablar que el observarlas enseña.” Alberto Caeiro /Fernando Pessoa.

¿Pero puede la mirada transformarse en lo que mira? O mejor: eso que miro, ¿puede modificarme? Recuerdo que una tarde, en la playa, me quedé mirando largo rato a dos perros que corrían por la arena. Saltaban, se mordisqueaban, jugaban. Yo estaba sentado. Recuerdo que, aun desde mi quietud, aquel movimiento ajeno me tocaba, me insuflaba alegría, vitalidad.

Así es la propedéutica de la percepción: no necesita de palabras ni de razones, se impregna de lenguajes más sutiles que el verbal. Hay una manera de mirar que es con todo el cuerpo. Es hacer de la mirada un acto de entrega. Casi desaparecer en lo mirado. Vaciarse. Dejar que opere lo visual, sólo lo visual, sin añadir nada a la imagen, sin entrometerme, sin pretender entender o extraer algo de lo que estoy mirando. 

Eso es lo que Multitud busca detonar en el espectador: despojarlo.

Que se caigan ciertos velos, ciertas interferencias, ciertas maneras de mirar que no conectan con lo vivo. Que lo imprevisto, lo inquietante y lo inestable disuelvan la rigidez de la mirada. Traigo ahora aquel concepto de Rimbaud en su “Carta del vidente”: sólo un “desarreglo de los sentidos” propicia el acceso a una lucidez nueva. El lenguaje que Multitud pone en escena persigue este desarreglo propicio, esta praxis de extrañamiento. Así lo deja escrito Lucía Naser: “La acción coreográfica de Multitud es ambigua: interrumpe nuestras posibilidades de identificación. No podemos conectar lo que vemos con un concepto o categoría que nos sea familiar. Esta dislocación altera nuestra sensibilidad. Nuestra organización perceptiva se desestabiliza.” (Lucía Naser en “Cuerpos rabiosos”, un estudio sobre la obra coreográfica de Tamara Cubas). Decenas de cuerpos corren con furor. Tienen el eje desencajado. Se desplazan a una velocidad intensa con un movimiento inestable, desarticulado. La fuerza de esos movimientos que miro me impacta interiormente: un viento violento sacude los techos. 

Caminan en cuatro patas. Aceleran. Luego caen con todo su peso contra el suelo. Una mujer apoya su mejilla en el cemento. Deja que la quietud entre en ella. Parece una imagen buscada, pero no, es momentánea. Enseguida eleva el tronco y desaparece entre el movimiento de todos.

Otra imagen me toma: un rostro entre la multitud mira con ojos encendidos, fijos. Todo su cuerpo está mirando. Luego avanza y se pierde en el tumulto. 

¿Qué pasa después del grito? 

No alcanzo a saberlo. 

Hay lágrimas, caras impasibles, manos que descansan. Veo las muñecas, lánguidas, pesar sin conciencia contra el suelo. 

Eso ha ocurrido: todos quedan vacíos, o vaciados. La energía ha sido derramada.